Buceando en las cavernas mierdáticas de Madrit y Barcalona, me he encontrado con un artículo la mar de interesante. Este artículo no es más que un anuncio a toda página publicado en 1914 en el periódico «El Correo». Probablemente te estarás preguntando que tiene de interesante, pues bien, mucho la verdad.
Este anuncio insta al lector a interesarse por emigrar gratuitamente (siempre y cuando reuniera una serie de requisitos) al Estado de Hawai, dentro de los Estados Unidos de América. A mí particularmente me resulta delicioso. Sí, extremadamente delicioso porque ya en 1914 se veía como la patulea infecta del desgobierno que teníamos (y tenemos) se cargaba una gran nación como la española. Y ya se sabe, si el barco se hunde sólo tienes dos opciones: hundirte con él o abandonarlo a tiempo. Muchos de nuestros ancestros lo vieron claro, era hora de decir adiós a la península.
«Nada detiene la constante huida de españoles a otras tierras: ni las duras condiciones de trabajo, ni los terribles desengaños de millares de desgraciados. La injusticia y la miseria que aquí padecen aterran más que todas las negruras que fuera les aguardan»
Así, muchos viajaron a Hawai a trabajar cortando caña de azúcar, aunque las duras condiciones hicieron que la mayor parte de ellos fuesen reubicados en California. En los estados de las Montañas Rocosas, como Idaho y Nevada, se establecieron vascos y leoneses como pastores de ganado lanar. En Florida, la manufacturera del tabaco pasó a estar controlada por españoles. Y las zonas mineras de los Apalaches acogieron a un buen número de asturianos, sobre todo en el sector del zinc.
Hay una gran huella española en EE.UU aunque se haya diluido en favor de otras migraciones mucho más masivas como la mexicana, cubana o puertoriqueña. Migraciones que siguen sucediendo y siendo las más numerosas en cuanto a hispanohablantes se refiere. Los emigrantes españoles fueron diluyéndose en los anteriores grupos hasta prácticamente desaparecer del mapa.
La semejanza en el motivo a que les llevó a abandonar su tierra es la falta de oportunidades, de trabajo, la necesidad de encontrar un plan de vida que el gobierno de España les niega. Sin duda, los jóvenes de hoy están mucho más preparados y han viajado, por lo que se mueven con mayor fluidez, pero que nadie nos lleve a engaños, emigrar es duro y puede acarrear una serie de problemas psicológicos que no todo el mundo es capaz de soportar. Y encima de todo ello, recordemos la historia de principios de siglo de aquellos que se ausentaron de España con intención de volver, no supieron que, durante su ausencia, a causa de la Guerra Civil, su país quedaría destrozado y no podrían volver a él.
Sigo sin entender cómo puede ser que nuestra España siempre cometa los mismos errores. Esto no es sólo cuestión de los políticos corruptos o ineptos, esto es cuestión también de toda su gente. No podemos olvidar que todos nosotros, como españoles, tenemos la culpa (unos más que otros) de que España siempre intente autodestruirse. Es lo que tiene ser un pueblo cainita.
La historia se repite. En 1914, los españoles iban a Hawai a cortar caña de azúcar porque les daban el pasaje en barco, la casa y una paga mensual muy superior a la paga media en España, algo que sólo podīan soñar conseguir en su tierra natal. Hoy, porque ni siquiera hay paga a la que comparar, ni tampoco sueño al soñar.