La econosuya

La Gran Depresión destruyó el espíritu estadounidense. Después de la caída del mercado de valores en octubre de 1929, millones de inversionistas perdieron todo su capital, y esto destruyó casi de inmediato todos los empleos en las fábricas, lo que a su vez se aseguró de que las granjas y empresas de consumibles no tuvieran ninguna forma de vender sus productos. Ya que nadie tenía trabajo y, por ende, dinero en los bolsillos.

El hombre de la foto de la derecha, es un emblema de muchos estadounidenses de la época, que tenían habilidades y conocimientos sobrados pero no trabajaban. La gente hizo lo mejor que pudo durante la Depresión, y se necesitó otra gran guerra para sacar al país de ella.

Iniciada en EEUU, la Gran Depresión fue el fin de un proceso económico excesivamente creciente. La Bolsa de New York se derrumbó y el contagio afectó posteriormente a los bancos y de ahí a la economía en general. Los precios cayeron, las ventas desaparecieron haciendo que los almacenes se llenara de stock invendible, muchas empresas cerraron y el desempleo aumentó.

Los dos grandes responsables de la Gran Depresión en EEUU fueron el patrón oro y la rigidez salarial, más que el papel relevante de la especulación, que únicamente contribuyó a acentuar la crisis, pero no fue su causa. Otro factor fue el sistema bancario estadounidense, donde proliferaban los pequeños bancos locales de legislaciones diferentes. La Gran Depresión de EEUU subsistió hasta 1940.

Las cifras del paro después de estallar la Crisis del 29 se multiplicaron en los años sucesivos en Estados Unidos. En ese primer momento había millón y medio, pero al año siguiente se había alcanzado la cifra de 4,2 millones, es decir, el 8,8% de la población activa.

En 1931 hubo 7,9 millones de trabajadores en paro, es decir, casi el doble del porcentaje del año anterior. En 1932, el 24% de la población activa estaba en paro, es decir, casi 12 millones de estadounidenses.

Si el paro total provocó un drama, el paro parcial fue la puntilla. Un estudio realizado en marzo de 1932 sobre el paro parcial en unas 6.000 compañías dio a conocer que el 63% de los trabajadores industriales se hallaban ocupados a tiempo parcial.

Una de las consecuencias más impresionantes del paro fue el espectacular aumento de los suicidios. En 1933 se suicidaron unas 23.000 personas. Recordemos que el ratio de suicidios en los Estados Unidos pasó de 14,1 por cada 100.000 personas en 1929 a 21,3 en 1932.

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